Para cada familia el cuidado de su bebé es fundamental. Con las alegrías que trae este nuevo ser, también se encuentran las responsabilidades de su sano desarrollo físico y mental. Son diversos los desafíos para que todo transcurra de la manera más armoniosa posible y la tranquilidad reine en el hogar. Entre estas situaciones a atender, tenemos las anomalías craneales que se presentan en los primeros meses.
La más común de estas irregularidades es conocida como plagiocefalia postural, la cual afecta a 1 de cada 300 bebés. Es fácil de detectar, se evidencia por el aplanamiento del occipucio del bebé y aunque no afecta su mente, sí conlleva el riesgo de que un problema de carácter estético pueda traer consigo rechazos que afecten su salud mental de forma posterior.
La plagiocefalia ocurre principalmente por la presión ejercida sobre la cabeza de un bebé al estar mucho tiempo en la misma posición. Lo bueno es que puede ser detectada y tratada en los primeros meses de vida. Si al tercer mes continúa presentando estas anormalidades, seguramente se trate de plagiocefalia, la cual puede ser atendida entre esa edad y los dieciocho meses. Si el caso no es de extrema gravedad y conlleva una cirugía, el tratamiento más rápido y efectivo es el uso del casco corrector por parte del bebé.
Otras anomalías igualmente presentes son la braquicefalia y la escafocefalia. La primera se puede notar cuando la cabeza del bebé en su parte posterior está plana y simétrica y ancha en los lados. Pasa con bebés que no están el tiempo suficiente boca abajo. La segunda, es una deformidad que se evidencia cuando la cabeza aparece estrecha y alargada, plana transversalmente y alargada en su zona posterior. Esto es recurrente en bebés prematuros.
¿Cómo se diagnostican estas anomalías?
Para detectar a tiempo cualquier situación irregular con el cráneo del bebé se realiza un índice craneal, lo que permite adoptar las medidas necesarias. Junto con ello los padres deben ser informados sobre las técnicas recomendables para reposicionar la cabeza del bebé y cómo lograr que no esté apoyado sobre las zonas que están aplanadas. Inmediatamente después del diagnóstico y las medidas correctoras de primera instancia, viene la etapa de la recomendación del casco ortopédico por parte de los expertos. Se ha demostrado que, siendo una herramienta tan útil, su uso a tiempo y en los primeros meses harán que una acción sencilla repercuta en la vida a largo plazo del bebé.
Las ventajas del casco ortopédico
Cualquier elemento extraño que esté sucediendo con el bebé puede ser de gran alarma para la familia, pero en momentos como estos más allá de preocuparse lo fundamental es tomar las medidas necesarias para corregirlo. El casco ortopédico se convierte entonces, y con recomendación del especialista, en la herramienta para que el cráneo del bebé pueda formarse de manera correcta.
Usualmente suelen estar hechos de una carcasa exterior dura con un forro de espuma. Esto permite generar presiones suaves y persistentes en el cráneo para captar su crecimiento natural, al tiempo que frena la expansión en las zonas prominentes y facilita que el desarrollo vuelva a ser de manera armónica.
Los ajustes se realizan con frecuencia a medida que crece la cabeza del bebé. En esencia, el casco proporciona un espacio estrecho y redondo en el que puede crecer la cabeza. Incluso si su hijo sigue apoyando la cabeza en un lado, el casco le proporcionará una amortiguación para evitar que la cabeza siga aplanándose.
El mismo está diseñado para ir corrigiendo las deformidades posicionales graves, restableciendo la simetría en la cabeza del bebé y la moldea, adaptándola a su crecimiento. Además, y es importante recalcar, esto ocurre de forma cómoda, el casco no es intrusivo con el bebé y evita, después de usarlo el tiempo requerido, cualquier recaída.
El efecto que ocurre con los bebés que presentan plagiocefalia es que entre 4 y 6 meses la cabeza se va redondeando de manera simétrica hasta lograr su total normalidad. Para la braquicefalia los resultados comienzan a presentarse luego de seis meses de iniciado el uso del casco, de la misma manera ocurre con los bebés que padecen escafocefalia.
El uso del casco
Según indican los parámetros, el bebé deberá usarlo 23 horas al día y se podrá quitar solo durante el baño. Porque es importante que, en todo su proceso de crecimiento, el cual incluye juegos, alimentación y descanso, el casco sea parte de su cotidianidad. Gracias a los avances en la materia este instrumento es de total comodidad, lo que no afectará el desarrollo de las actividades antes nombradas.
Mientras el tratamiento esté en curso los padres deberán hacer un seguimiento de visitas con los expertos dependiendo la gravedad de la anomalía. De todas maneras, se prevé que los cambios con el casco ortopédico se vayan apreciando mes a mes, aunque es recomendable revisar con expertos cualquier ajuste necesario.
Conociendo un poco más a fondo las anomalías y las soluciones existentes, podemos comprobar que los cascos ortopédicos cumplen su función primaria de devolver la forma normal al cráneo del bebé, convirtiéndose en una solución para toda la vida.
En materia de cascos ortopédicos, Alcam cuenta con expertos que evalúan al bebé y recomendarán el uso del casco de ser esto necesario. Para más información, visite www.alcammedical.com o @alcammedicalop en Instagram.